Una pregunta que recibo frecuentemente es cómo entender las referencias bíblicas en los libros litúrgicos. Me preguntaban, por ejemplo, cómo saber qué debe leerse si se indica como salmo responsorial: “Sal 80, 6c-8a.8bc-9.10-11ab”.
La Biblia se divide en libros. Cada libro tiene un nombre, pero existe una abreviatura (“Lc” es la abreviatura del Evangelio según san Lucas). La antigua regla es abreviar el nombre del libro utilizando las dos primeras consonantes, o las dos primeras letras si comenzaba por vocal. En el caso de abreviaturas que serían ambiguas, como Crónicas y Corintios, cuyas dos primeras consonantes son “Cr” se utilizan de modo habitual “Cro” y “Co”. Si hay dos o más libros con el mismo nombre, se le antepone el número de que se trate (1Jn, 2Jn, 3Jn).
Hay que tomar en cuenta, también, que en ocasiones los libros se citan en latín. De esta forma, puede aparecer “Ps”, referido al liber Psalmorum (libro de los Salmos); “Io”, referido a Evangelium secundum Ioannem (Evangelio según san Juan); o “Act”, referido a Actus Apostolorum (Hechos de los Apóstoles).
Por regla general, cada libro se divide en capítulos y los capítulos en versículos. Hay casos en que sólo se dividen en versículos, como las cartas a Filemón, la Tercera de Juan y la carta de Judas pues son muy breves. Por ese motivo, puede omitirse el número de capítulo. De esta forma 3Jn 9 viene a decir lo mismo que 3Jn 1,9.
En los actuales libros litúrgicos, la indicación del capítulo y de los versículos se hace siempre según la edición de la Nueva Vulgata, exceptuando los salmos, que se hace conforme a la numeración de la Vulgata, aunque se puede añadir entre paréntesis el capítulo de la numeración hebrea. Por ejemplo, se indicará “Sal 80 (81)”.
La necesidad de citar con mayor precisión unidades menores a un versículo ha generado la necesidad de usar una división puramente mental de los versículos, basada en las letras minúsculas del alfabeto. Cada pausa significativa del versículo se considera una subdivisión, y se le asigna a cada una letra del alfabeto, comenzando siempre con “a”. Por ejemplo, si se cita “Gn 2, 2b”, nos referimos a la segunda parte del versículo 2 del capítulo segundo del libro de Génesis. En este caso sería para la frase “y descansó el día séptimo de todo lo que había hecho”.
En las citas también aparecen otros signos:
La coma (,) se usa para separar la cifra que indica el capítulo de la que indica el versículo. Por ejemplo, si se cita “Jn 1, 27”, nos referimos al Evangelio según san Juan, capítulo 1 versículo 27.
El guion (-) se usa para citar varios capítulos o versículos seguidos. Por ejemplo, si se cita “Ap 1-2”, nos referimos a Apocalipsis capítulos 1 y 2; y si se cita “Ap 1, 18-20”, nos referimos a Apocalipsis, capítulo 1 versículos del 18 al 20
El punto y coma (;) se usa para separar dos o más citas diferentes. Por ejemplo, si se cita “Ex 1, 20; 2, 5”, nos referimos a Éxodo capítulo 1 versículo 20 y Éxodo capítulo 2 versículo 5
El punto (.) se usa para separar dos versículos diferentes de un mismo capítulo. Por ejemplo, si se cita “Lc 1, 21.23”, nos referimos a Lucas capítulo 1 versículos 21 y 23 (pero no el 22).
Además, en el caso de los salmos responsoriales, los libros litúrgicos usan el punto (.) para indicar la pausa en que debe hacerse la antífona, en caso de que se haga con respuesta. Por ejemplo, si se indica “Sal 80, 6c-8a.8bc-9”, significa que se lee desde la tercera parte del versículo 6 del capítulo 80 del libro de los Salmos hasta la primera parte del octavo versículo 8. Luego tiene lugar la antífona. Después se prosigue con la segunda y la tercera partes del versículo 8 y con todo el versículo 9.
La letra “s” se usa para significar siguiente. Si se usa dos veces (ss) es para significar hasta el final del capítulo. Por ejemplo, si se cita “Gn 1, 3ss”, nos referimos al Libro del Génesis, capítulo 1, versículos desde el 3 hasta el final del capítulo.
Por último hay que mencionar que en el caso de que la cita no cuente con una suficiente indicación de tiempo o de personas, al inicio se le antepone el “íncipit”, es decir, unas primeras palabras introductorias, como puedem ser “En aquel tiempo…”, “En aquellos días…”, “Hermanos…”, “Queridos hermanos…”, o “Así dice el Señor…” (OGLM n. 124).