El Manual de liturgia

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¿Cómo abrir las puertas santas en cada diócesis? Esta ha sido una pregunta que hemos recibido reiteradamente en estos días.

La respuesta es: no se abrirán puertas santas en las diócesis.

Esto lo aclaró el Dicasterio para la Evangelización, encargado de la organización del próximo Jubileo Ordinario, hace unos meses (ver)

Para el Jubileo de 2025 las puertas santas sólo se abrirán en las cuatro basílicas papales de Roma: San Pedro en el Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo extramuros. La única excepción, por voluntad del santo padre, será una puerta santa que abrirá él personalmente en una cárcel.

El Dicasterio comenta que se le ha planteado la cuestión de abrir puertas santas en las catedrales, en santuarios, y en otros lugares de culto particularmente significativos. Sin embargo, señala que “aun con la consideración más sensible de las motivaciones pastorales y devocionales que pueden haber sugerido esta loable aspiración”, solo se abrirán las cinco puertas santas establecidas por el Santo Padre en la Bula Spes non confundit de Convocación del Jubileo 2025.

La nota recuerda que “el signo peculiar e identificativo del Año Jubilar, como se ha transmitido desde el primer Jubileo del año 1300, es la indulgencia que ‘quiere expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce confines’, a través del Sacramento de la Penitencia y los signos de caridad y esperanza”. Por tanto, “para vivir plenamente este momento de gracia, se exhorta a hacer referencia a los lugares particulares y a las diversas modalidades indicadas en el Decreto de la Penitenciaría Apostólica del 13 de mayo de 2024.

Si no hay puertas santas en cada diócesis, ¿cómo ganar la indulgencia jubilar?

Se puede ganar la indulgencia plenaria de tres formas, de acuerdo a la Penitenciaría Apostólica (ver documento):

I. Haciendo una peregrinación hacia la iglesia catedral u otro lugares sagrados designados por el ordinario del lugar, donde deben participar devotamente en la misa, la liturgia de las horas, el rosario, el Vía Crucis, o una celebración penitencial que concluya con la confesión individual.

II. Haciendo una visita a las dos basílicas papales menores de Asís, las basílicas pontificias de Loreto, Pompeya, o de Padua; a cualquier basílica menor, iglesia catedral o concatedral, santuario mariano, así como, cualquier insigne iglesia colegiada o santuario designado por cada obispo diocesano o eparquial, como también santuarios nacionales o internacionales indicados por las conferencias episcopales. En ese lugar hay que realizar adoración eucarística y meditación, concluyendo con el Padrenuestro, la profesión de fe e invocaciones a María, Madre de Dios, para que en este Año Santo todos “puedan experimentar la cercanía de la más afectuosa de las madres que nunca abandona a sus hijos”

III. En las obras de misericordia y de penitencia, parrtiicpamdo en misiones populares, en ejercicios espirituales u otros encuentros de formación sobre los textos del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica, que se realicenen una iglesia u otro lugar adecuado, o si visitan a los hermanos que se encuentran en necesidad o en dificultad (enfermos, encarcelados, ancianos en soledad, personas con discapacidad).

La norma general es que solo se puede conseguir una ingulgencia plenaria al día. Sin embargo, los fieles que hayan emitido el acto de caridad en favor de las almas del Purgatorio, si se acercan legítimamente al sacramento de la Comunión una segunda vez en el mismo día, podrán conseguir dos veces en el mismo día la Indulgencia plenaria, aplicable solo a los difuntos.

Para obtener las indulgencias, además de la ejecución de la obra enriquecida con indulgencia, se requieren las tres condiciones habituales: la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del romano pontífice.