Celebraciones papales

Celebraciones papales

El rito en el pontificado de San Juan Pablo II

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Durante el pontificado de San Juan Pablo II, y en los primeros años del pontificado de Benedicto XVI, el rito de canonización se realizaba durante  la Santa Misa de la siguiente forma:

La Misa iniciaba como de costumbre, hasta el acto penitencial. Terminado éste, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos se acercaba a la sede junto con el postulador o los postuladores de las causas de canonización. El Cardenal Prefecto le pedía al papa que canonizara al beato o a los beatos con una fórmula en latín, tras lo cual leía una biografía del beato.

Al terminar la lectura de la biografía, el papa invitaba a todos a orar, y se entonaban las letanías de los santos, que concluían con una oración que pronunciaba el Santo Padre quien, inmediatamente después, se sentaba y con la férula en mano pronunciaba la fórmula de canonización, que es la siguiente:

“Ad honorem Sanctae et Individuae Trinitatis, ad exaltationem fidei catholicae et vitae christianae incrementum, auctoritate Domini nostri Iesu Christi, beatorum Apostolorum Petri et Pauli ac Nostra, matura deliberatione praehabita et divina ope saepius implorata, ac de plurimorum Fratrum Nostrorum consilio, Beatos N. et N, Sanctos esse decernimus et definimus, ac Sanctorum Catalogo adscribimus, statuentes eum in universa Ecclesia inter Sanctos pia devotione recoli debere. In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti.”

Su traducción es esta:

“En honor a la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocando muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos Santos a los Beatos N. y N., y los inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los Santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.”

Al terminar la fórmula, se cantaba un triple amén y el aleluya. Mientras esto se cantaba, algunas personas llevaban reliquias de los nuevos santos y las ponían en una peana colocada junto al altar, y ponían velas y flores a su alrededor.

Concluidos los cantos, el Cardenal Prefecto le agradecía al papa la canonización en nombre de la Iglesia, y le pedía que dispusiera la redacción de las Letras Apostólicas de la Canonización realizada, a lo que el Santo Padre respondía: “Lo ordeno”.

Después, se incoaba el Gloria, y la Misa continuaba como de costumbre, pero incluyendo el nombre de los nuevos santos en la Plegaria Eucarística. 

El rito en el pontificado de Benedicto XVI

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En el año 2012, el papa Benedicto XVI modificó el rito de la canonización. El nuevo rito se desarrollaba antes del inicio de la Santa Misa.

Durante la procesión de entrada se entonaban las letanías de los santos. El papa llegaba al altar, lo veneraba y lo incensaba. Después iba a la sede. En ese lugar, el Cardenal Prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos hacía una primera petición de que los beatos fueran canonizados. Tras ello, el papa hacía una oración.

Después de la oración del papa, el Cardenal Prefecto hacía una segunda petición de canonización, tras lo cual el papa hacía una nueva oración, que era seguida por el canto del Veni Creator.

Acabado este canto, el Cardenal Prefecto hacía una tercera petición de canonización, tras lo cual el papa, sentado en la cátedra, con mitra y sosteniendo la férula en la mano izquierda, pronunciaba la fórmula de canonización, que era igual que la anteriormente usada.

Al final de la fórmula, se entonaba el Te Deum, y mientras algunas personas llevaban reliquias de los nuevos santos y las ponían en una peana colocada junto al altar, y ponían velas y flores a su alrededor.

Concluido el Te Deum, el Cardenal Prefecto le agradecía al papa la canonización en nombre de la Iglesia, y le pedía que dispusiera la redacción de las Letras Apostólicas de la Canonización realizada, a lo que el Santo Padre respondía: “Lo ordeno”.

Después de esto, el Santo Padre iniciaba la Santa Misa con el signo de la cruz, y el Sacrificio se celebraba como de costumbre.

Este rito lo siguió el papa Benedicto XVI en la canonización que realizó en octubre de 2012, y el papa Francisco en las canonizaciones que realizó en 2013.

El rito en el pontificado de Francisco

CanonFranc1.jpegEn el año 2014, el papa Francisco nuevamente modificó el rito de la canonización. Este nuevo rito se desarrolla en la Santa Misa, antes del acto penitencial.

Tras el saludo inicial (La paz esté con ustedes), se entona el himno Veni Creator. Cuando concluye, se acercan a la sede el postulador de la causa de canonización y el Cardenal Prefecto de la Congregación para la Causas de los Santos. Este último le pide al papa que canonice al beato y lee su biografía.

Al terminar la lectura de la biografía, el papa invita a todos a orar, y se entonan las letanías de los santos, que concluyen con una oración que pronuncia el Santo Padre quien, inmediatamente después, se sienta en la sede con la mitra y con la férula en mano , y pronuncia la fórmula de canonización, que es igual a la anteriormente usada.

Después de que el papa pronuncia la fórmula, se entona el Iubilate Deo, y mientras algunas personas llevan reliquias de los nuevos santos y las ponen en una peana colocada junto al altar, y ponen velas y flores a su alrededor. Colocadas, un diácono las inciensa.

Concluido el Iubilate Deo, el Cardenal Prefecto le agradece al papa la canonización en nombre de la Iglesia, y le pide que disponga la redacción de las Letras Apostólicas de la Canonización realizada, a lo que el Santo Padre responde: “Lo ordeno”.

Tras esto, se omite el acto penitencial, se canta el Gloria y la Misa continúa como de costumbre.

 

 

 

 

 

 

Un detalle. La fórmula de canonización no se encuentra en ningún libro litúrgico. Por ello, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas del Santo Padre la imprime junto con todas las oraciones y ritos propios en un folleto que es justo del tamaño del Misal Romano, y lo coloca dentro del Misal. Así que el acólito sostiene el Misal, pero el papa en realidad está leyendo el folleto que preparó la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas.

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