Antiguamente, en los periodos de Sede Vacante y el Viernes Santo, los cardenales cambiaban su tradicional hábito coral por uno de luto y penitencia.
En este hábito todo lo que es de seda muaré pasa a ser de lana. La sotana y la muceta cambiaban el rojo por el púrpura. El solideo y el birrete, en cambio, seguían siendo color rojo. El roquete no podía llevar encajes, sino que debía de ser liso. La faja también era púrpura, de lana, y terminaba con una borla dorada.
