El Manual de liturgia

El Manual de liturgia

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En el uso antiguo, al concluir una Misa de difuntos se realiza la “absolución al túmulo o catafalco”. Para ello, el celebrante deja la casulla y el manípulo y se viste con capa pluvial negra. Luego se dirige al túmulo con los ayudantes. El cruciferario y los ceroferarios se colocan en la nave, en el extremo opuesto al altar, de forma que el túmulo quede entre ellos y el altar. El celebrante se coloca frente al altar, un poco a la izquierda del catafalco.

Al llegar ahí se canta el responso “Libera me, Domine”. Tras ello, el celebrante coloca incienso en el turíbulo y lo inciensa. Siguen unos Kyries que concluyen con el Padrenuestro. Luego, el sacerdote rodea el túmulo rociándolo con agua bendita. Al concluir, vuelve a rodear el catafalco, ahora incensándolo.

Tras la incensación, se cantan las preces y la oración final. Luego, el sacerdote, junto con los acólitos, se retiran a la sacristía.

 

Funeral