El Manual de liturgia

El Manual de liturgia

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El tabernáculo o sagrario es el lugar en donde se reserva a Cristo sacramentado.

En la iglesia primitiva el Santísimo se reservaba en un armario de la sacristía. Con el tiempo, se empezó a reservar dentro de las columbas eucarísticas, unas palomas metálicas huecas por dentro que colgaban por una cadena del techo de la iglesia, sobre el altar. Por último, se empezó a reservar en unas arcas colocadas sobre el altar o añadidas al retablo.

Columba.jpg En muchas iglesias se colocaba en el altar mayor. Sin embargo, en las catedrales y en las iglesias monásticas se colocaba en el altar de una capilla lateral especial, la capilla del Santísimo. Esto era para poder darle un culto especial, y para poder sacar alguna forma para dar la comunión sin obstaculizar las celebraciones solemnes que se llevaban en el altar mayor. En Aragón esta capilla es un camarín situado detrás del retablo pero con un agujero ovalado llamado óculo eucarístico que permite que se vea el sagrario desde el templo.

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Hoy en día, la Eucaristía debe de estar reservada en la iglesia catedral y en las iglesias parroquiales y, con el permiso del obispo, puede reservarse en otras iglesias, oratorios y capillas (CIC, c. 934). En los lugares en donde se reserva, debe de celebrarse la Santa Misa, cuando menos, dos veces al mes, para renovar la Eucaristía. (CIC, c. 934). Además, las iglesias en donde se reserva el Santísimo deben de estar abiertas algunas horas al día para que los fieles puedan orar (CIC, c. 937).

Habitualmente, la santísima Eucaristía estará reservada en un solo sagrario de la iglesia u oratorio (CIC, c. 938). Este debe colocarse “en la parte más noble de la iglesia, insigne, visible, hermosamente adornada y apta para la oración.” (CIC, c 938, e IGMR, n. 314).

Sin embargo, las normas litúrgicas dadas tras el Concilio Vaticano II han señalado que en el altar en el que se celebra la Santa Misa no se coloque el sagrario como se hacía antes por razón de signo (IGMR n. 315), y han sugerido que se coloque en el presbiterio fuera del altar de la celebración, o en una capilla unida a la iglesia que sea idónea para la adoración y la oración (IGMR n. 315).

El sagrario debe ser inamovible, hecho de materia sólida no transparente, y cerrado de manera que se evite al máximo el peligro de profanación. Por estos motivos de seguridad, quien cuida del templo debe proveer que la llave se guarde con la mayor diligencia, y se permite que durante las noches se reserve la Eucaristía en otro lugar más seguro siempre y cuando sea digno (CIC, c. 938).

Los sagrarios deben ser bendecidos antes de usarse (IGMR n. 314).

Para que los fieles puedan saber si dentro del sagrario se encuentra reservado el Santísimo Sacramento, y para honrar su presencia, cuando se encuentra ahí debe de encenderse una lámpara alimentada con aceite o cera (CIC, c. 940 e IGMR n. 316) Cuando está reservada la Eucaristía en el sagrario, puede cubrirse con un velo llamado conopeo para hacer visible la presencia.