El Manual de liturgia

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Los cardenales son aquéllos varones a los  que el papa les concede esta distinción. Por regla general, son a los obispos a los que se crean cardenales, pero esto no es obligatorio; puede crearse cardenal a un presbiterio. En el pasado se le dio la dignidad cardenalicia a algunos laicos. Ahora, si a un presbítero se le promueve al cardenalato, deben recibir la consagración episcopal.

El papa no “ordena” cardenales, pues no se trata de un grado del orden. Lo que hace el papa al promoverlos es “crearlos” cardenales. Esto lo hace dentro de una reunión del colegio cardenalicio llamada consistorio.

El colegio cardenalicio presta consejo al papa, pero su función más importante es la elección del papa. Los cardenales tienen derecho a votar en la elección del papa hasta que cumplan los 80 años. Los cardenales menores de esa edad se llaman electores. Cuando sobrepasan la edad, siguen siendo cardenales; de igual forma, pueden ser creados cadenales tras esa edad. 

Hace siglos, la elección del Obispo de Roma la realizaba, hace siglos, el clero de Roma junto con los obispos de las diócesis suburbicarias de Roma, es decir, las diócesis que conforman la Provincia de Roma. Con el tiempo, esta función  pasó al colegio cardenalicio, compuesto por clérigos de todo el mundo. Pero, como una remembranza del modo anterior, se determinó asignarle simbólicamente una parroquia, una diaconía, o una sede suburbicaria a cada uno de los cardenales, con el fin de incorporarlos alegóricamente al clero romano y, de esta forma, hacer que emblemáticamente siga siendo el clero romano el que elija a su obispo.

Atendiendo a ello, existen tres tipos de cardenales: los cardenales obispos, los cardenales presbíteros y los cardenales diáconos.

Los cardenales diáconos suelen ser los que trabajan en la Curia Romana, es decir, los que ayudan al papa en el gobierno de la Iglesia Universal y no tienen una diócesis a su cargo. En el momento de ser creados cardenales se les asigna una diaconía de Roma. Tras diez años como cardenales diáconos pueden ser promovidos a cardenales presbíteros. El cardenal díacono con más antiguedad se llama protodiácono, y es a quien le corresponde anunciar al mundo el nombre del papa recién electo. 

Los cardenales presbíteros suelen ser los obispos de las diócesis del mundo. A cada uno de ellos se les asigna el título de una parroquia de Roma.

Los cardenales obispos son aquéllos a quienes el Sumo Pontífice les asigna como título una diócesis suburbicaria, así como los patriarcas orientales que sean creados cardenales. Generalmente la asignación de una diócesis suburbicaria no se hace en el momento de su creación, sino cuando queda vacante una. Es en ese momento que el Santo Padre elige entre los cardenales presbíteros y diáconos quién debe ocuparla, con lo que lo asciende a cardenal obispo. Debe mencionarse que los patriarcas orientales que forman parte del colegio cardenalicio son cardenales obispos desde el momento de su creación y que tienen como título su sede patriarcal, no una de las diócesis suburbicarias.

Los cardenales obispos eligen entre ellos a quien será el decano de todo el colegio cardenalicio. El papa tiene que aprobar este nombramiento. Es al decano del colegio cardenalicio a quien le corresponde preguntar a quien obtuvo la votación calificada en un cónclave si acepta el nombremiento y, en caso de que no sea obispo, el consagrar obispo al elegido que haya aceptado la votación. En caso de que el decano esté impedido, lo suple el cardenal obispo con más antiguedad. 

Las diócesis suburbicarias de Roma son siete: Ostia, Albano, Frascati, Palestrina, Porto-Santa Rufin, Sabina-Poggio Mirteto y Velletri-Segni. La diócesis de Ostia es reservada para el Cardenal Decano que, a su vez, conserva el título de la diócesis suburbicaria que ya ocupaba. Así, actualmente el Cardenal Re tiene el título de la diócesis de Ostia y el de la diócesis de Sabina-Poggio Mirteto. De esta forma, mínimo deben existir seis cardenales obispos, pero pueden ser más, considerando que los Patriarcas orientales tienen este grado y no “ocupan” una diócesis suburbicaria.

Aunque el número de los cardenales obispos está limitado por el número de diócesis suburbicias, el 26 de junio de 2018 el papa Francisco tomó la decisión de cooptar (agregar) a la Orden de los Obispos del Colegio de los Padres Cardenales a cuatro cardenales (tres del Orden de los Presbíteros y uno de la Orden de los Diáconos) sin asignarles el título de una diócesis suburbicia, sino conservando el título de la iglesia o de la diaconía de Roma que tenían.

Esta decisión responde a que el número de los cardenales que forman parte del Orden de los Obispos se había mantenido constante y sin cambios en el tiempo. Desde hace casi 10 años no se había agregado ningún cardenal. Y ello supone un problema: en caso de un eventual cónclave, ninguno de los cardenales obispos con título de sede suburbicia participaría, por lo que se podría dudar en quién preguntaría al candidato con más votos si aceptaba su elección y el nombre que elegía, o quién consagraría al elegido en caso de que no fuera obispo, sobre  todo, si el único cardenal obispo que participaría (el patriarca de Antioquía) era electo.