El Manual de liturgia

El Manual de liturgia

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Quien ha sido nombrado párroco tiene la cura pastoral de la parroquia desde el momento en el que toma posesión (CIC 527). Le otorga posesión el ordinario del lugar o un sacerdote delegado por éste (Ídem).

La introducción del nuevo párroco debe hacerse en una misa. Se usa el formulario de la misa votiva del titular de la iglesia parroquial o la del Espíritu Santo, salvo que no se permita ese día (CE 1187). Con el obispo concelebra el nuevo párroco y otros presbíteros de la misma parroquia o del territorio (Ídem).

El obispo y el nuevo párroco pueden ser recibidos en los límites de la parroquia y ser conducidos procesionalmente hasta la puerta de la iglesia, en donde el obispo presenta al nuevo párroco y le entrega las llaves de la iglesia; aunque esta presentación puede hacerse en los ritos iniciales de la misa, después del saludo del obispo (CE 1190).

Con independencia del momento en el que se presente, tras el saludo del obispo se lee el nombramiento del párroco, y éste pronuncia el juramento de fidelidad (Ídem), para el que debe de colocar su mano sobre los Evangelios.

La misa continúa como de costumbre, hasta el Evangelio, que debe ser anunciado por el nuevo párroco, quien recibe el Evangeliario del obispo y le pide la bendición (1191). Para ello habría que llevarle el Evangeliario al obispo, que se encuentra sobre el altar.

Luego sigue la homilía y, concluida ésta, el párroco renueva las promesas de su ordenación sacerdotal (CE 1193). Luego, se ordena una procesión con el turiferario, la cruz, los cirios y los ministros en la cual el Obispo recorre la iglesia y a medida que va pasando por los diversos lugares que con su ministerio deben ser santificados, los confía al párroco: la sede presidencial, la capilla del Santísimo Sacramento, el bautisterio, la sede confesional. También puede invitar al párroco a que abra la puerta del tabernáculo e inciense el Sacramento. También puede incensar el bautisterio y, además, si puede hacerse cómodamente, invita al párroco a que haga sonar las campanas (CE 1194). Esto también puede hacerse antes de la misa (Ídem).

En el rito de la paz, el nuevo párroco puede dar la paz a algunos fieles que representen la comunidad parroquial (CE 1196).

Tras la oración después de la comunión, el obispo invita al párroco a que hable brevemente a la comunidad (CE 1197).