Celebraciones papales

Celebraciones papales

Tras el Concilio Vaticano II, en la Basílica de San Pedro el ambón se colocó en el presbiterio, a la derecha del Altar de la Confesión (visto de frente). Sin embargo, esto reducía el espacio para los movimientos.

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Unos años después se colocó en la abertura de la balaustrada de la escalera que permite bajar al sepulcro del Apóstol Pedro, como una forma de unirlo al presbiterio pero dando espacio para moverse. Se hacía una excepción en las celebraciones en las que el papa descendía al sepulcro, pues el ambón impedía el paso.

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El 9 de octubre de 2008, Mons. Guido Marini, recién nombrado Maestro de las Celebraciones Litúrgicas del Santo Padre, propuso una innovación al colocar el ambón a un lado de la figura de San Pedro, y frente a ésta la sede papal. El experimento fue abandonado.

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Posteriormente, el ambón se colocó fuera del presbiterio, a la izquierda del Altar de la Confesión (visto de frente), debajo de la cúpula. En este lugar se ha mantenido hasta ahora, con excepción de los Viernes Santo, que se coloca fuera del presbiterio pero del otro lado del altar.

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En las celebraciones en la Plaza de San Pedro, el ambón coloca en la parte superior de la escalera que sirve de presbiterio en la celebración, para estar cercano al pueblo, del lado izquierdo viendo la basílica de frente. Desde hace algunos años, cuando se celebra en este lugar, se coloca un segundo ambón, más sencillo, en la misma ubicación pero del lado derecho de la basílica. En este se leen las dos lecturas y se canta el salmo. En el otro se proclama el Evangelio. Con ello se recuerda el antiguo uso del “lado de la epístola” y el “lado del Evangelio”.