Antiguamente, en las celebraciones papales se desplegaba sobre el altar un lienzo llamado “strogolo”, una suerte de mantel compuesto por trece lienzos rectangulares unidos entre sí con encaje de hilo de oro. Se colocaba de forma paralela a los candelabros. En las Misas, se desdoblaba en el “incarnatus est” (se encarnó por nosotros) del Credo; y en las vísperas lo desdoblaban durante el Magníficat.
El strogolo no era un corporal, sino un sobremantel. Encima del strogolo se colocaba un corporal grande llamado “corporale magnum” y, encima de éste, un segundo corporal más pequeño llamado “corporale parvum”