En las misas papales deben de ponerse siete velas, con independencia de que se celebren en Roma o fuera de la Urbe, por la potestad suprema del Santo Padre.
En el pontificado de Benedicto XVI y en los primeros meses del pontificado de Francisco, la séptima vela se colocaba delante del crucifijo del altar.
Sin embargo, en los últimos tiempos, la séptima vela se coloca a un costado. Viendo de frente el altar, se colocan cuatro velas a la izquierda y tres a la derecha.
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