El celebrante debe de realizar la señal de la cruz del siguiente modo: se inicia con las manos unidad; después, la mano derecha va, con los dedos juntos, desde la frente hasta el pecho (justo encima de donde descansa la mano izquierda), mientras dice “en el nombre del Padre y del Hijo”; después la mano derecha va del hombro izquierdo al derecho mientras dice “y del Espíritu Santo”; y vuelve a unir las manos inmediatamente.
Al inicio del Evangelio, quien lo proclama, debe de trazar la señal de la cruz con el dedo pulgar de la mano derecha sobre el libro, en el inicio del Evangelio que va a leer. Después, debe trazar una clara señal de la cruz en la frente, en los labios y en el pecho, con la yema del pulgar derecho, poniendo los demás dedos juntos señalando hacia la izquierda, mientras la mano izquierda descansa sobre el pecho. Todos los que asisten a la liturgia deben de realizar esta señal del mismo modo, con reverencia y claridad.
Hago notar esto último: antes de la proclamación del Evangelio, ni el que lee ni los fieles deben de hacer el gesto que se hace mientras se dice “Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…”, sino el gesto que hemos descrito: trazar tres cruces, una en la frente, otra en los labios y una mas en el pecho.