El Manual de liturgia

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Tinieblas 3

El Oficio de Tinieblas es una celebración que, conforme a la normativa litúrgica anterior al Concilio Vaticano II, se lleva a cabo los días de Miércoles Jueves y Viernes Santos, al caer la tarde.

Se trata del rezo de la Liturgia de las Horas según el antiguo breviario romano, pero que en Semana Santa en vez de rezarlos en la hora del día correspondiente se anticipaban a la víspera por la tarde, para no interferir en los oficios solemnes de estos días. Al celebrarlo en al caer la noche tenía la peculiaridad de hacerse en las "tinieblas". De ahí su nombre.

El oficio del miércoles recorre la Pasión entera del Señor; el del jueves insiste sobre su Muerte y su larga agonía; y el del viernes celebra sus exequias y su sepultura.

 Este oficio presenta casi todas las características de un funeral: salmos, antífonas y responsorios lúgubres y lamentables, ningún himno, ninguna "doxología"; tonos severos y sin acompañamiento de ningún instrumento musical.

Durante ese oficio, todas las luces del templo tenían que estar apagadas, y en el centro lucía un candelabro especial llamado tenebrario, con quince velas encendidas.

Durante el oficio, al finalizar cada salmo se apagaba una vela, hasta que progresivamente toda la iglesia se quedaba a oscuras. La última vela, la superior, no se apagaba, sino que se llevaba a la parte de atrás del altar para ocultarlo mientras se cantaba el salmo “Miserere”. Terminado el Miserere,  mientras se apagaban las velas del altar, el clero y los fieles producía un ruido de manos, de libros y matracas para simular las convulsiones y trastornos naturales que sobrevinieron al morir Jesucristo.

De este apagado progresivo de las luces hasta la plena oscuridad viene que, en la Vigilia Pascual, el templo se encuentre en completas tinieblas al empezar la celebración, oscuridad que romperá la Luz de Cristo resucitado simbolizado en el Cirio Pascual, hasta iluminar por completo la iglesia poco a poco. 

La Santa Sede ha señalado que el oficio “llamado antiguamente «de tinieblas», conviene que mantenga el lugar que le corresponde en la devoción de los fieles, como meditación y contemplación de la pasión, muerte y sepultura del Señor, en espera del anuncio de su resurrección.” (Congregación para el Culto Divino, Normas sobre la Semana Santa, n. 40)

De acuerdo a esto, puede hacerse una celebración unida de Laudes y del Oficio de Lectura, solo bajo la luz de las velas del tenebrario, que irán apagándose poco a poco.

300px Tenebrario anonimo barroco chileno siglo xviii madera tallada

Texto del Jueves Santo

Texto del Viernes Santo

Texto del Sábado Santo