
El arúndine o “tricirio” ES una especie de asta con tres velas en su extremo superior. Se usaba en la Vigilia Pascual antes de la reforma de Pio XII.
Una de las velas se encendía con el fuego nuevo, en el atrio. Las otras dos se encendían en la procesión, mientras se entonaba el “Lumen Christi” (Luz de Cristo). Luego, con una de las velas se encendía el cirio pascual, que no se portaba en la procesión, sino que se encontraba en el presbiterio, ya colocado en su candelabro.
En la Vigilia Pascual previa a la reforma de Pío XII, el cirio no entraba encendido. Se encendía durante el pregón pascual, mientras se cantaba “sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego, ardiendo en llama viva para la gloria de Dios”.
Asimismo, no se encendían las velas de los fieles durante la procesión de ingreso a la iglesia, como se hace ahora, sino que se hacía durante el pregón pascual, mientras se cantaba “y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de esta cera fundida, que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa”.
También hay que decir que no se insertaban los granos de incienso en el cirio en el atrio, antes de encenderlo, como se hace ahora. Eso se hacía durante el pregón pascual, antes del encendido mientras se cantaba “En esta noche de gracia, acepta Padre santo, el incienso de nuestro sacrificio vespertino”. En la versión actual del pregón ya se suprimió la referencia al incienso e indica simplemente: “.. acepta Padre santo, este sacrificio vespertino…”. No obstante, los granos de incienso sí eran bendecidos en el atrio, antes de la procesión de ingreso con el arúndine o “tricirio”.